MOTIVACIÓN VIRTUAL PARA UN ENCUENTRO REAL.Hace algún tiempo, una línea aérea europea acuñó un slogan publicitario algo extraordinariamente ingenioso. Tal vez lo conozcan, ya que tuvo alguna fama. Se trata de: “You can't fax a handshake”. Es algo antiguo, es de los tiempos del fax. Posteriormente algiuen lo modernizó convirtiéndolo en: “You can't fax a handshake or e-mail the smell of a holiday dinner, or substitute videotape for the warmth of a grandparent's hug.”
En el fondo, se trata de una verdad de Perogrullo. Lo ingenioso está en decir lo evidente para resaltar lo que no es tan evidente. Y es que los diversos medios de comunicación bidireccionales como carta y telegrama en los antiguos tiempos, luego teléfono, telex, fax, y ahora Internet con el correo electrónico y la mensajería instantánea a veces nos hacen creer que son medios que reemplazan la presencia física. Este reemplazo es el que amenaza en convertirse en evidente aún cuando sea aparente. Algunos medios, como las teleconferencias nos entregan la ilusión de la presencia física, del contacto real, en particular cuando no hay problemas de transmisión y es posible interactuar sin trabas con el interlocutor. El teléfono y el correo electrónico nos proveen también de medios de respuesta inmediata el primero, casi inmediata el segundo. El email tiene la ventaja de que si uno no encuentra al interlocutor no pierde la llamada telefónica, sino que el mensaje queda esperando a que el destinatario lo vea y eventualmente lo responda. Si a veces nos demoramos horas e incluso días en responder nuestros “Emilios”, la transmisión desde el buzón del remitente al del destinatario es cosa de segundos. He visto correos que llegan en menos de un segundo de haber sido enviados. En otra ocasión hablaremos del sistema de búsqueda automática de rutas en la red.
Nuestra red, la de la “gen68dso” está activa. Recibimos correos con relativa regularidad que nos recuerdan dos cosas, la presencia de nuestros amigos y que aún en la lejanía estamos interconectados. Siempre hay algo en ella, fotos, palabras, mensajes frescos o envasados de quines nos dicen que nos recuerdan. Rememorando algo que escribí hace algún tiempo, somos la generación que creó estos medios, pero que se crió sin ellos. Somos los de lanzar piedras, caernos al barro, pelear, abrazarse, tirar el pelo, etc. etc. (y sin embargo sobrevivimos a estas barbaridades). Tal vez por eso sabemos apreciar estos complementos, pero no los consideramos un reemplazo al encuentro real. Se habla de encuentros virtuales. Recordemos la Real Academia de la Lengua: una definición del término virtual nos dice que se trata de “lo que existe solo aparentemente y que no es real”. (Pero por favor no entremos en discusiones sobre la controvertida realidad. Aceptemos, al menos por ahora, la del abrazo, del asado, y de las largas conversaciones con los amigos.)
Todas estas características, sobre todo la instantaneidad de medios como el “chat” en el cual no solo palabras se transmiten, sino también voz, imágenes, música, además de escritura manuscrita nos crean la tremenda ilusión de reemplazo por la cercanía física a la que estábamos acostumbrados para obtener contacto con las personas que apreciamos y de cuya compañía disfrutamos. Pero si lo miramos con detención, no es más que la ilusión de la virtualidad emulando la realidad. Es necesario comprender que estos medios son un complemento a la presencia física y real. Un excelente complemento que mejorará considerablemente aún, pero un complemento al fin. Ver a nuestros amigos, conversar con ellos, disfrutar un “pisco-sour” o una cerveza en conjunto no puede ser reemplazado por la ilusión presencial que nos dan los medios electrónicos, peor aprovechemos las posibilidades que nos dan para organizar nuestros encuentros.
“No matter how hard you try, you can’t fax a handshake!”
ENCONTRÉMONOS EN OSORNO EL 2 Y 3 DE FEBRERO.
Habrá una cerveza, una copa de vino, un pisco-sour o un abrazo que no se pueda enviar por Internet.